27/10/2022
Las metodologías de desarrollo de software no son un concepto nuevo, pues ya en la década del 1960 empezaron a crearse los sistemas tradicionales de ciclo de vida. El principal objetivo era poder desarrollar a gran escala nuevos sistemas de información que fueran funcionales, de forma estructura, metódica y reiterativa para cada una de las fases del ciclo de vida. Desde entonces y hasta nuestros días, se han desarrollado muchas otras metodologías, cada una con sus ventajas e inconvenientes.
Una metodología de desarrollo de software es un marco de trabajo (framework) utilizado para estructurar, planificar y controlar el proceso de desarrollo de un software. Tiene por objetivo establecer un enfoque sistemático en el desarrollo informático.
La metodología de desarrollo de software proporciona una estructura para que los equipos de desarrolladores puedan trabajar juntos de la forma más eficiente. Sienta las bases de la comunicación entre ellos y determina cómo se comparte la información dentro del equipo. También ayudan a facilitar la comunicación entre el equipo de desarrolladores y el cliente o “product owner”, comprender mejor lo que quieren los usuarios, optimizar tiempos y coste, además de reducir el riesgo y la incertidumbre.
Todos los desarrolladores de software son conscientes ya de que utilizar una metodología de desarrollo de software para el desarrollo de sus proyectos resulta primordial. Sin embargo, no existe una metodología ideal, ya que cada una tiene sus pros y sus contras. Dependerá de la estructura, los requisitos del proyecto y de los objetivos del equipo el escoger una u otra.
Por un lado, permiten validar más rápidamente las necesidades, requisitos y funcionalidades del software con los usuarios finales. Por otro lado, facilitan la estructura, coordinación y comunicación del equipo de desarrolladores, además de las pautas de comunicación, feedback y revisión con el cliente. De este modo, se consideran las implicaciones de cada cambio que se quiere realizar en los resultados globales del proyecto.
¿Te imaginas las consecuencias de no validar la idea rápidamente, o de realizar constantemente cambios en el desarrollo de software sin considerar todas las implicaciones? Pérdida de dinero y de esfuerzo que tiene como resultado acabar produciendo una aplicación vulgar que no aporta ningún valor.
Las metodologías de desarrollo de software fueron concebidas para beneficiar tanto al equipo de desarrolladores así como a los clientes. Escoger la metodología adecuada hace que la comunicación sobre el desarrollo se lleve a cabo utilizando los canales oportunos y que para tomar decisiones se tengan en consideración todos los factores que afectan al proyecto.
De esta forma, se consigue evitar las ineficiencias y proporcionar un timeline de entrega lo más preciso posible. Evitando reaccionar a cada input desde el primer momento, el proyecto de desarrollo consigue tanto organización como estructura.
Los equipos de desarrollo tienen muchas y diferentes opciones a la hora de elegir una metodología de desarrollo de software. La mayoría de ellas se pueden segmentar en modelo en cascada, iterativo o continuo. A continuación te detallamos las 8 metodologías más habituales a día de hoy:
Está en boca de todos, y posiblemente se trate de una de las metodologías más habituales de utilizar. El foco de la metodología Agile es satisfacer a los usuarios en lugar de centrarse en la documentación y la rigidez de procesos.
Utilizando la metodología de desarrollo Agile, las tareas se dividen en sprints cortos de una a cuatro semanas de duración cada uno. Es un modelo iterativo que implica diferentes pruebas a lo largo del proceso de desarrollo. Los desarrolladores recogen constantemente el feedback de sus clientes e usuarios, implementando cambios en base a sus comentarios.
Con la metodología de desarrollo Agile, la comunicación entre el equipo de desarrolladores, los clientes y los usuarios es una prioridad.
La metodología Agile es ideal para proyectos cuyos requisitos cambian rápidamente y sin un presupuesto definido. Esto suele ser particularmente acertado para el desarrollo de software en un nuevo nicho o de I+D. En estos casos suele interesar implementar nuevas ideas a medida que se conocen mejor las necesidades del mercado.
El modelo SCRUM probablemente sea una de las metodologías de desarrollo más flexibles que existen. Está basado en el marco de trabajo Agile y se beneficia del enfoque incremental e iterativo. Se puede decir que este modelo es una implementación concreta de Agile. La metodología de desarrollo SCRUM involucra al “product owner”, al “Scrum Master” así como al equipo de desarrollo.
El product owner recoge toda la información del cliente y se responsabiliza de que el equipo de desarrolladores esté enfocado en el cumplimiento de todos los requisitos del cliente. Paralelamente, el Scrum Master actúa como facilitador, asegurándose de que todos los miembros del equipo de desarrolladores estén alineados con el proceso SCRUM. Como resulta obvio, el resto del equipo se encarga de ejecutar el desarrollo.
La metodología SCRUM resulta ideal en un entorno acelerado por la manera en la que se ejecutan todas las tareas en los diferentes sprints. Cada sprint suele durar hasta 4 semanas y su rápida ejecución permite que los equipos puedan identificar problemas, proponer soluciones, probando y recopilando comentarios en un breve período de tiempo. Esto hace que la gestión de proyectos con exigencias rápidas de tiempo resulte mucho más fácil.
La metodología de desarrollo SCRUM resulta ideal para proyectos con requisitos no del todo claros y que requieren de ser adaptados a posibles cambios. Permite ir haciendo entregas de versiones completamente funcionales a medida que se va avanzando el desarrollo. Por su naturaleza, el modelo SCRUM solo resulta efectivo si se cuenta con un equipo de desarrolladores altamente experimentados y muy comprometidos.
A pesar de existir desde hace décadas, dando solución a los sectores de la fabricación y la construcción, esta metodología de desarrollo de software sigue siendo utilizada actualmente. Se trata de un método sencillo y lineal en el que las diferentes etapas de desarrollo se estructuran de manera secuencial en cascada.
Su fácil comprensión la hace muy habitual en equipos con poca experiencia de diseño. Al tratarse de un proceso secuencial donde cada etapa debe completarse antes que la siguiente, implica que no haya vuelta atrás en su ejecución. Esto la convierte en una metodología poco flexible y que debe evitarse en aquellos proyectos donde los requisitos pueden cambiar rápidamente. Por otro lado, encaja bien en proyectos grandes donde se requiere de un presupuesto cerrado.
La metodología de desarrollo de software en cascada es útil para proyectos que tienen un alcance muy definido. No resulta adecuado para aquellos otros que tienen muchas incógnitas. Su aplicación ideal se da en proyectos con resultados predecibles y que no requieren de I+D.
Esta metodología surge hace varias décadas de la industria automovilística, con los principios de fabricación de Toyota. Está enfocada en maximizar la productividad, minimizando así las actividades poco productivas. La metodología de desarrollo de software Lean está centrada en el aprendizaje y la mejora continua, permitiendo a los equipos de desarrolladores mantener una mente abierta durante todo el proceso, considerando todos los factores antes de realizar decisiones.
Un software debe ofrecer valor, funcionalidad y utilidad clara y concreta a sus usuarios. Para llegar al objetivo resulta importante reducir al mínimo de opciones, posibles caminos y funcionalidades aplicando practicidad y simpleza. Los equipos de desarrollo deben enfocarse y priorizar aquellas funcionalidades que aportan valor, dejando para un futuro las sofisticaciones y las funcionalidades secundarias. Se aplica el principio de descartar todas aquellas funcionalidades que no son core.
La metodología de desarrollo de software Lean resulta ideal para un proyecto que requiere de prototipos o MVPs. Al enfocarse en maximizar la productividad, con un equipo pequeño pueden conseguirse grandes resultados. Suele ser menos indicados para proyectos más grandes, ya que se requiere de un equipo más grande para gestionar todas las tareas.
Esta metodología de desarrollo se concibió hace más de 30 años y ha sido utilizada como modelo para otros marcos de desarrollo iterativos modernos. Se centra en obtener resultados finales en el menor tiempo posible sin comprometer su calidad.
El modelo RAD tiene 4 etapas, que pasan por la toma de requisitos, la creación de prototipos, las pruebas y la implementación final. A diferencia de los modelos lineales, la metodología de desarrollo Rapid Application se focaliza en el diseño de prototipos en base a especificaciones para que puedan ser probados por el cliente, pudiendo realizar tests A/B. Esto se gestiona a través de múltiples iteraciones hasta que el cliente está satisfecho con los resultados.
La retroalimentación generada por las pruebas de los prototipos contribuyen a eliminar gran parte de los riesgos del desarrollo final. Por su naturaleza, esta metodología aumenta las posibilidades de éxito en el lanzamiento con los timings establecidos, aunque también aumenta el coste de desarrollo.
La metodología RAD es ideal para equipos altamente cualificados y clientes que se involucran activamente en el desarrollo del proyecto, además de disponer de mucho presupuesto. Por este motivo, son proyectos que tienen una garantía muy elevada en el resultado final. Con este modelo la comunicación resulta clave, además de la inversión en herramientas RAD como pueden ser aplicaciones low-code / no-code para acelerar su desarrollo. Este tipo de metodología también encaja muy bien en partes concretas y pequeñas de un proyecto más grande.
Las metodologías de desarrollo de software permiten modelos de trabajo pautados para crear software y aplicaciones. Su uso resulta fundamental para optimizar los procesos de desarrollo de software y apps modernas.
No existe una metodología de desarrollo ideal, ya que cada una tiene sus ventajas y desventajas. La elección de una metodología variará en función de la estructura del equipo de desarrolladores y su experiencia, además de los requisitos del proyecto, su sector, los objetivos, presupuesto y otros factores implicados.
El equipo de desarrolladores de GooApps trabaja con una implementación propia de las ventajas de Design Thinking, Lean, Agile, Scrum y Cascada: El foco se establece en necesidades del usuario, perfilando el user journey con el diseño de un prototipo antes de empezar el desarrollo, pudiendo así realizar todo tipo de pruebas con usuarios finales. Se prioriza la funcionalidad, la calidad y la utilidad de los resultados de modo en que complan expectativas y tengan el ROI esperado.
A través de la experiencia en todo tipo de proyectos se ha definido una metodología de desarrollo de software que facilita un entorno ágil. Se suele trabajar en sprints de dos semanas, con versiones y entregables funcionales a la finalización de cada sprint. Se realizan reuniones diarias, retrospectivas y demostraciones de producto con el cliente, definiendo y perfilando las mejores funcionalidades. Gracias a esta metodología, en cada entrega incremental es posible publicar o lanzar la última versión desarrollada.
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